Los líderes fueron vistos abrazando y disfrutando de la selva amazónica, lo que llevó a ediciones y comentarios humorísticos en línea, incluidas bromas sobre que se casaron en la Amazonia con una luna de miel en París. En medio de la broma alegre, la visita significa un cambio positivo en las relaciones franco-brasileñas, en agudo contraste con la administración anterior de Brasil. Durante la visita, Macron, de 46 años, y Lula, de 78 años, subrayaron el compromiso de sus naciones con la preservación del medio ambiente al anunciar un plan de inversión significativo para la Amazonia. La colaboración entre Francia, la séptima economía más grande del mundo, y Brasil, la novena, destaca sus roles estratégicos en la política global, especialmente en el equilibrio de influencias entre las principales potencias como China y los Estados Unidos.