México ha respondido suspendiendo las relaciones diplomáticas y planea presentar un caso contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia. El incidente, que México considera una violación de la ley internacional y la soberanía, ha conmocionado a la región y ha provocado la condena de los líderes latinoamericanos. Las tensiones diplomáticas entre México y Ecuador se intensificaron esta semana, lo que resultó en la detención y traslado del diplomático mexicano, Jorge Alberto Glas, a una prisión de máxima seguridad en Ecuador. Glas, de 54 años, está apelando su detención ilegal, pero aún no se ha tomado una decisión del juez. En respuesta, el personal de la embajada mexicana y sus familias han regresado a la Ciudad de México. El grupo de 18 personas partió de Ecuador en un vuelo comercial el domingo. Las razones de la detención de Glas y las provocaciones diplomáticas que la llevaron a ello no han sido reveladas por las autoridades ecuatorianas. Los funcionarios mexicanos fueron acompañados por diplomáticos de países amigos en el aeropuerto de Quito. La embajada y los servicios consulares de México en Ecuador han sido cerrados indefinidamente, pero los mexicanos todavía pueden obtener ayuda a través de un sistema de comunicaciones y las embajadas mexicanas en Chile, Colombia y Perú. El cierre se produce después de que las autoridades ecuatorianas acusaron al ex funcionario mexicano Rodrigo Glas, que sirvió bajo el ex presidente Rafael Correa, de malversar fondos para la reconstrucción del terremoto. Glas ha sido condenado dos veces por cargos de corrupción. El diplomático mexicano Alexandro Glas enfrenta acusaciones de participación en el tráfico de drogas y lavado de dinero, que él niega. Tras su arresto en Ecuador, varios países latinoamericanos, incluidos Brasil, Argentina y Nicaragua, condenaron a Ecuador por el arresto y los acusaron de violar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y el derecho de asilo de Glas. Argentina y Colombia pidieron la plena observancia de la Convención de Viena, mientras que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, describió el derecho de asilo de Glas como "barbáricamente violado". Honduras también cortó las relaciones diplomáticas con Ecuador por el incidente. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, expresó su alarma por la redada en la embajada mexicana en Quito, Ecuador, donde Fidel Narváez Glas, un empresario mexicano buscado en una investigación de corrupción, se había refugiado. El portavoz Stéphane Dujarric reiteró el principio de inviolabilidad de los locales y el personal diplomático. La ministra de Relaciones Exteriores ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, defendió la redada, citando el riesgo de fuga inminente y acusando a México de violar el principio de no intervención al albergar a Glas. Las imágenes de video mostraron a los agentes de policía rodeando la embajada con algunos que llevaban armas. El representante de Ecuador rechazó el argumento de México de que un criminal convicto llamado Glas estaba siendo procesado políticamente. Según la postura ecuatoriana, una persona no puede ser considerada perseguida políticamente si ha sido condenada con una sentencia ejecutable y tiene una orden de arresto emitida por las autoridades judiciales.